Generalmente las personas al ver a los habitantes de la calle los asociamos con inseguridad, miedo, desprecio, en algunas oportunidades los hemos mal llamado desechables, cuando ningún ser humano es un desechable todos tenemos nuestra razón de ser.
A continuación quiero compartir un vídeo donde un grupo de funcionarios del distrito de la ciudad de Bogotá realiza una labor social hermosa con algunos habitantes de la calle.
Fuente Bogotá humana.
Un indigente o habitante de la calle no es mas que un ser humano que tuvo el infortunio de caer en las drogas, de haber sido parte de abuso y simplemente eligió la calle como camino salida, otros sin embargo crecieron en medio del abandono y la única familia y forma de subsistir fue la calle viviendo debajo de un puente, cambuche o alcantarilla.
Hoy me viene la historia de alguien que conocí en la ciudad de Cartagena, llamaremos a este hombre Francisco pues fue así como quiso que le dijera.
Francisco me contaba que hasta hace 4 años era un prominente Ingeniero Industrial criado en los mejores Colegios de la Capital con una especialización en los Estados Unidos, habla Inglés, Francés, Alemán e Italiano administraba la empresa de la familia, conducía un bmw color negro, vivía en un apartamento en el Sector de los Rosales en la Capital, estaba casado y tenia 2 hijos ya adolescentes como podemos ver a Francisco no le faltaba nada, para algunos de nosotros esta sería una vida casi perfecta con lujos, comodidades, una hermosa familia y manejando su propia empresa.
Sin embargo nuestro amigo Francisco no era feliz, ( esta conversación se dio mientras Francisco le tejía una manilla a Adriana, mi novia en esa época y que hoy en día es mi esposa) yo le pregunte imprudentemente entonces porque estaba haciendo una manilla para poder comer algo si tiene la posibilidad de estar muy bien.
Francisco me dijo que la felicidad no era todo el dinero que tenía, su vida transcurrió entre estudios, cursos, preparaciones, las vacaciones que alguna vez tenía eran planeadas por la familia y solo con ellos le quedaba algo de tiempo para salir ya que nunca tuvo tiempo para andar con amigos puesto que siempre tenia clase de alguna cosa.
El punto fue que en una de sus visitas a Cartagena salio del hotel en la noche y se fue a la muralla, algo así como a dedicarse un tiempo para él.
Esa noche decidió que no regresaría mas a casa y que a partir de ese momento esa ciudad sería su nuevo hogar.
Francisco me dice que hoy día para él no hay felicidad mas grande que retirar la lata que cubre la entrada de su cambuche cerca de la playa en la mañana y ver el amanecer, el resplandor del sol sobre el agua del mar.
Pese que su familia a intentado convencerlo en varias ocasiones para que regrese él dice que no volverá y que ahora su vida es tranquila, sin presiones y para comer algo al día ya que no necesita nada mas se dedica a tejer manilla a los turistas en la ciudad y así es feliz.
A cuantas personas con historias similares conoces? entiendes porque no debemos llamar a los señores habitantes de la calle desechables, hay algo muy cierto y es que cada persona en este universo tiene una historia diferente.
RESPÉTALOS SON SERES HUMANOS!!!
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